Ayer Nelumbonita y Leandroteleco se pasaron por la feria Creativa 2013 de Madrid, en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo.
La primera impresión, para ser sincera, no fue buena. Mala organización y preparación, y no servía como excusa el ser el primer día, pues hoy era el tercero de los cuatro que duraba la feria.
Costó llegar al sitio, porque no veíamos indicaciones, e incluso una vez aparcado el coche en una zona cercana al recinto, tuvimos que preguntar a una persona para que nos indicara hacia dónde ir exactamente. Había algún cartel pegado a unas farolas, pero apenas llamaban la atención. Una vez llegamos a la puerta del pabellón, vimos que había dos colas, y nos pusimos en una, porque no veíamos diferencia. Cuando estábamos a punto de entrar, en una segunda puerta, vimos un cartel que servía para diferenciar la cola en la que había que ponerse, según tuvieras la entrada comprada online o no. Haciendo honor a la ley de Murphy, nos habíamos colocado en la fila incorrecta. No hubo manera de que nos dejaran cambiarnos de puerta sin tener que volver a hacer cola nuevamente.


¿Cuánto costaba haber sacado los carteles a la entrada, en la primera puerta? Pues al parecer mucho, porque todos los que teníamos que volver a hacer cola lo decíamos y no se cambió nada.
Por fin dentro, fuimos directamente a coger una bolsa de la feria, que ya eran dos años en los que me quedaba sin ella, y esta vez ya no la iba a perder. También aquello era un caos total, señalando dos posibles caminos cuando por uno de ellos no se llegaba, con el guarda de seguridad diciendo que se podía pasar a buscar más tarde, que había bolsas para todos. Muchos entrábamos ya molestos, por lo que, cabezones, nos quedábamos en medio de las escaleras hasta conseguir llegar a una de aquellas bolsas.
¡Y por fin las conseguimos! Una bolsa cada uno, con una revista de labores. En este caso la chica del mostrador fue muy amable, porque acababa de repartir un montón de bolsas a un grupo de señoras exigentes y cuando pedimos nosotros, muy educadamente, que nos diera una revista diferente a cada uno, casi nos las dio como premio por la serenidad con la que llegábamos. (No nos vio en la cola..)
Así que nos adentramos en la selva de puestecitos llenos de cositas maravillosas, colores, formas y texturas, dejándonos sorprender y haciendo volar la imaginación. Comenzamos por puestos de artesanía en la cocina, todo tipo de accesorios para confeccionar tartas y cupcakes, hasta pudimos probar un pedacito de bizcocho de chocolate con crema pastelera decorándolo ¡Ñam!
Después pasamos a la sección manualidades no comestibles, aunque al principio el globo de felicidad y emoción se nos pinchó en un puesto en el que «los acompañantes de las mujeres» era mejor que se quedasen fuera. Podría parecer una sugerencia, pero realmente era una orden, por lo que, a pesar de tener cosas monas, ahí se quedaron, porque tamaño comentario es lo único que se merece.
En el extremo contrario, otro puestecito en el que me dieron un regalo sólo por estar curioseando sus productos. =) Además de la calurosa acogida, todo lo que tenían allí era precioso, así que pronto iremos a visitarles a su tienda.
En comparación con la feria de Zaragoza, es probable que hubiera más stands y quizás también más talleres, y que cambiasen algunas tiendas, pero en general el ambiente era muy similar. Eso sí, en Zaragoza la organización era perfecta, pese a que me quedé sin bolsa.
Y por supuesto, ¡tengo nuevas adquisiciones! Unos retales de una tienda de telas japonesas, que me volvieron loca, ¡no sabía cuáles elegir!, dos metros de cinta con la inscripción «Handmade», una tela de caballos, y ¡una taladradora! Más grande que la del año pasado y con las siluetas de tarjetas de regalo, creo que la rentabilizaré mucho =D

Recopilación de tarjetas de visita y compras.
Nada más por este año, esperemos que el próximo mejore sus puntos débiles y podamos dar una evaluación de 10.
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