Regresamos al blog con una entrada que no requiere ganchillo ni lana, cambiamos de tercio y esta vez cogemos la aguja de coser. Aquí os mostramos un saquito térmico, ideal para aliviar dolores musculares.
Los materiales utilizados son los siguientes:
– Tela para el saco. En este caso utilicé los restos que quedaron cuando elaboré el costurero, recordad la entrada pinchando aquí. Preferiblemente tela de algodón.
– Cordón o cuerdas hechas con tela. Aquí utilicé trozos de carretes de trapillo, que también son de algodón.
– Aguja e hilos.
– Semillas de trigo para el relleno. Yo las conseguí porque tengo personas cercanas que trabajan en el campo, pero si no tenéis posibilidad, he leído que el arroz también hace buen papel.
Este saco en concreto lo preparé para poder aplicarlo en la zona lumbar, así que tomé unas medidas que resultaran cómodas para abarcar aproximadamente la zona. Marqué dos rectángulos de 42 por 15 centímetros, dejando un poco más de tela al recortar las piezas, para poder coser posteriormente. Antes de cerrar por completo el rectángulo, introduje las semillas de trigo, sin llenarlo a tope. La razón es que luego hice unas costuras dividiendo el saco, una horizontal y tres verticales, para que de esta manera las semillas quedasen bien repartidas en todo momento.
Corté tres tiras de trapillo de 150 centímetros y dos de 15 cm. Las tres primeras las cosí siguiendo las costuras horizontales del rectángulo, bien centradas, porque luego éstas harán de cinturón de sujeción del saco. Las dos tiras cortas las puse para rematar los laterales. Como toque final, uní las tiras largas entre sí por cada lado, para facilitar el atado.
El saquito basta con meterlo al microondas un minuto y medio, y el calor puede durar hasta una hora. En el horno no funciona tan bien, hay que dejarlo más tiempo y procurar que no quede doblado. Es muy agradable de usar, y también sirve para calentar manos y pies en días de frío =)